…y la razón es simple: todos los proyectos los observo desde la ignorancia. Como si no supiera nada, como si fuera mi primera vez. Y lo hago para poder actuar desde el conocimiento. Mirar como un niño, sin miedo, para sentir lo verdadero. Y actuar como un viejo para aplicar el conocimiento, sin miedo, con calma y reflexión. El sin miedo en ambos casos no es una contradicción, es una obviedad. Como niño no conozco la posibilidad de la pérdida y como viejo no tengo nada que perder. De esta manera no tengo límites, solo posibilidades.
Condenados a entenderse — Lluís Sallés